viernes, 13 de abril de 2007

Semana Santa en Alemania… Que Recuerdos!!!

Hace un año a estas horas mi amiga Noe y yo estaríamos en un avión camino a Frankfurt. Eso si, después de haberle echado bastante morro para no tener que facturar en la T4 y de que a mi, con mi buena suerte, me tocara descalzarme en el control de seguridad para q comprobaran q no llevaba ningún arma en mis botas (mis bonitas botas beige q tuve que jubilar nada mas volver :( ). Tengo que decir que el de seguridad era un tío majo donde los haya, porque fue muy amable y viendo que mi amiga no dejaba de reírse detrás de mi por la situación, se empezó a reír él también y le dijo “si, si, tu ríete que ahora te va a tocar a ti”, me guiño un ojo y me eché a reír yo también. Vamos, que tuvimos suerte, porque nos podía haber tocado un borde de esos que te hace sentir como si fueras un delincuente solo porque te ha pitado la puñetera cremallera de las botas.

Ya en el avión nos quedamos flipadas porque para habernos salido tan barato estaba de puta madre, los asientos eran bastante cómodos y tenían bastante sitio para ser de clase turista, nos dieron una merienda bastante completita sin tener que pagarla aparte como pasa ahora con casi todas las otras compañías, y además teníamos una pantalla en cada asiento para poder ver pelis, jugar a algo, ver un seguimiento del vuelo o escuchar música. Lo mas impresionante fue sobrevolar los Alpes, increíble paisaje y más aun visto desde aquella altura.

Más o menos dos horas y media después estábamos aterrizando en Frankfurt. Nada más bajarnos del avión nos toco pasar un control de seguridad con perro (uno como el de Rex acompañado por un maromo rubio de la polizei que no estaba nada mal y que imponía un huevo) oliendo el equipaje de mano y todo. Justo delante nuestro retuvieron a unos de Granada. Mi amiga casi se pone a gritar cuando el perro se le acercó porque a ella los perros como que no le van y menos los que son así de grandes. Y cuando se me arrimó a mi yo solo podía pensar en los bocadillos de jamón que llevaba en el bolso y en si el chucho tendría hambre XDD. Bueno, después de eso fuimos al primer baño que vimos y cuando salimos ya no había ni dios por allí así que nos pusimos a buscar por donde se salía de la zona de llegadas, pero la T1 (que es donde estábamos) estaba en obras y la señalización era casi inexistente así que nos tocó dar vueltas buscando a alguien a quien preguntarle en nuestro chapurreado inglés.

Cuando conseguimos salir de allí y llegamos a la estación de tren, me tocó comprarle los billetes para Würzburg a un tío que aunque yo le hablaba “in english” me contestaba todo el rato en alemán y al cual no se como acabé por entender. Por fin, con los billetes de nuestro destino final en la mano nos sentamos a esperar y cuando llegó nos subimos corriendo para coger sitio y PLAFF!!! Si, si, mucho tren de alta velocidad, todo muy nuevo y muy bonito, pero no había un puñetero sitio!!! Si, señoras y señores, el overboocking llega al tren. Así que nos toco ir de pie, o mas bien sentadas en nuestras maletas, todo el recorrido de una hora que se hizo eterna y en la que si hubiéramos entendido algo de alemán nos habríamos enterado de media vida de dos chicos que se pusieron al lado y que parecían cotorras (o sería que las horas de viaje nos tenían un poco susceptibles???), y en la que tuvimos que aguantar que un señor turco que iba sentado cómodamente con su señora en los asientos nos preguntara en un casi perfecto español y con mucha ironía que si íbamos bien.

Después de todas estas aventurillas por fin llegamos a la estación de Würzburg donde nos esperaba nuestra amiga Yési, que nos ayudo a tirar de maletas por una larguísima calle hasta llegar a la parada del bus que teníamos que coger para ir hasta su casa (dios, hoy no se iban a acabar los viajes??). Bus que costaba 2 € el viaje (y aquí nos quejamos de lo que cuesta el bus urbano, me da la risa de pensarlo), así que cogimos un abono de 6 viajes por 5 €. Tras un completito recorrido en zig-zag por la ciudad, que estaba casi a oscuras porque estaban con el plan de ahorro y las farolas de la calle eran como los fluorescentes de vuestra cocina colgados a una distancia bastante considerable, llegamos a nuestra parada y nos bajamos, para luego tener que andar otros 10 minutos en esa penumbra y ese silencio inquietantes (solo eran las 8 de la tarde pero allí todo el mundo ya estaba recogidito en su casa) hasta llegar al apartamento de mi amiga. Lo único que nos apetecía en ese momento era ducharnos y cenar, pero una vez duchadas y cenadas la verdad es que de lo que realmente teníamos ganas era de contarnos todo lo que nos había pasado en los últimos meses, en el viaje y… comentar que ese cuarto de baño era el que iban a homologar para los pisos de 30m2 que promovía nuestra ministra jeje XDD. Así que al final nos dormimos a las 3 y pico de la madrugada, Noe y yo en un colchón de 80 bien juntitas (las alegrías de viajar de apaño con pocas pelas XD).

Nos levantamos a las 9 de la mañana y nos fuimos a visitar la ciudad, que estaba toda adornada con huevos de pascua y que vista de día era bastante bonita, sobre todo desde lo alto de la fortaleza. Por la tarde quedamos con los Erasmus españoles con los que solía andar Yési y fuimos a tomar algo.


Los demás días solíamos levantarnos a las 7 de la mañana y nos cogíamos un tren para ir a visitar alguna ciudad (por cierto que nunca había viajado tan barato, por 25 € 5 personas podían coger cualquier tren, tranvía o autobús de la zona de Bayern durante 24 horas, además de que con eso mismo te hacían descuento en algunos museos).

El primer día fuimos a Bamberg con unos italianos y unos belgas, ya que estábamos visitando la ciudad pues también probamos la cervecita alemana, y al final nos toco correr para coger el tren de vuelta y como el suelo estaba mojado yo me dí una ostia considerable subiendo las escaleras de la estación XD. Esa noche hicimos tortilla de patata para llevárnosla al día siguiente, no veas que risas con la primera que se nos pego toda y acabo siendo revuelto de patatas jaja XDD.



El segundo día nos fuimos nosotras solitas a Nüremberg, donde además de ver todo el casco histórico y el Museo del Juguete (una autentica chulada!!), pudimos disfrutar de la testosterona en estado puro jeje XDD. Si, y es que si pensáis que en España tenemos una afición futbolística apasionada tendríais que ver la de Alemania, se les oía gritar medio kilómetro antes de llegar al campo. Por cierto que nunca había visto a un centenar de tíos meando en plena calle pero de todo hay que ver en esta vida…






Esa noche nos quedamos en Fürh, en casa de una alemana compañera de Yési y por la mañana (tercer día) salimos hacia Rothenburg Ob Der Tauber, una ciudad en la que han conservado toda la parte medieval tal como estaba con las casitas típicas y la muralla, parecía como de un cuento de Disney o algo así, y además allí visitamos el Museo de la Navidad (aquel sitio era todo pura decoración navideña!!! Casi como entrar en uno de esos talleres de Papa Noel que sacan en las películas yanquis, aunque un poco mas elegante la verdad) y no pudimos resistirnos a comprar un par de adornos artesanales de cristal para el árbol, y de paso probamos un dulce típico de allí que se llama Schneeball (bola de nieve) y que a pesar de su apetecible aspecto resulto ser demasiado empalagoso.




El cuarto día lo pasamos tranquilamente de compras por Würzburg. Si, por su puesto, no podían faltar unas cuantas compras, ya sabéis, lo típico, algún recuerdito para la family y también algo de ropita para una misma (eso si, buscando las “angebots” jeje XD… creo que es lo primero que aprendí de alemán y significa ofertas). Por la noche para despedirnos salimos de fiesta con los italianos y una de las belgas, primero estuvimos en un sitio tranquilo tomando unos cócteles y después nos fuimos Studio, una discoteca bastante grandecita separada en dos partes: una con una pista enorme y música techno y de ese estilo machacón, y la otra con sillones blancos y música mas tranquilita.



Al día siguiente nos levantamos tarde y nos pasamos la mañana haciendo la maleta, recogiendo un poco el apartamento y despidiéndonos de toda la peña, comimos por ahí y cogimos el tren para ir de vuelta a Frankfurt a eso de las 4 de la tarde. Sobre las siete y media estábamos embarcando en el avión de vuelta sin haber tenido ningún problema para llegar (porque la zona de salidas estaba mucho mejor que la de llegadas, sobre todo en cuanto a señalización) pero sin poder evitar facturar algo de lo que llevábamos. Sobre las 10 de la noche estábamos en Madrid y como ya no salían trenes para Salamanca hicimos noche en casa de mis tíos. Nos lo habíamos pasado genial esos días pero creo que las dos disfrutamos con verdadero gusto de volver a tener una cama de 90 para cada una. Sobre las 11 ya estábamos en Chamartín cogiendo el tren y a eso de las 2 ya estábamos en nuestra casita, que parece que no pero siempre se echa de menos.

En fin, que esas mini-vacaciones fueron una pasada, a parte de por todo lo que vimos y la gente que conocimos por volver a estar con Yési después de tantos meses sin verla. Y además, poco despues de volver me pasaron cositas que considero bastante importantes, cosas que me han marcado, y q aun siguen en mi día a día… pero, como diria Michael Ende, esa es otra historia y deberá ser contada en otro momento...

1 comentario:

luciabruja dijo...

Que envidia de viaje, esa clase de "aventuras" con poco dinero y muchas ganas son las que nunca se olvidan, que se recuerda hasta el más mínimo detalle de lo que viste o hiciste y que cualquier cosa que te viene a la cabeza de esos días te hace sonreir :)