viernes, 15 de diciembre de 2006

Tu Presencia

Te he esperado en cada parada de autobús, en cada cruce de calles, en cada bar miles de tardes, miles de noches. Y tú no has llegado nunca porque siempre has estado allí, viéndome esperar, con miedo a acercarte por no saber si era a ti a quien esperaba y yo sin saludarte por no saber que era a ti a quien esperaba. Hoy me doy cuenta de tu presencia y es tarde. O quizá no, quizá aun haya tiempo para un “hola”, para que veas en mis ojos la esperanza de no haber llegado demasiado tarde para tu corazón. Si llego demasiado tarde ya da igual, no hay vuelta atrás, seguiré esperándote hasta que vuelvas a buscarme o hasta que el tiempo infinito me cubra de momentos vacíos. Vacíos porque tú no estarás para compartirlos. Si llego a tiempo la espera habrá acabado y el tiempo se detendrá mientras tu cuerpo cubre mi cuerpo sellando nuestro pacto de amor. Las sabanas se llenaran de caricias y besos, la almohada se inundará de despertares entre miradas, las paredes se cubrirán con nuestra risa y las cosquillas de mi cuello y de tu ombligo pintaran cuadros abstractos en el techo de mi habitación.

No hay comentarios: